martes, 28 de junio de 2016

Eternidad


Parece que Cherubino Cornienti se impacientó mucho en aquella ocasión. Una cosa era que la Trattoria Lepre, en la via Condotti de Roma, fuera apreciada por tener uno de los menús más extensos que se conocían -450 platos y 50 tipos diferentes de sopa-, y otra muy diferente que ello fuera razón para hacer esperar a un artista hambriento.

Cherubino observaba al camarero charlando en la cocina, lanzando requiebros a una clienta y volviéndose hacía un compañero para preguntarle algo sobre los platos que llevaba a una mesa… Pero no parecía tener la intención de querer darle de comer a él... ¿Lo hacía queriendo?,  ¡maldita mi fortuna, que me ha tocado a este botarate como camarero!, ¡pues ahora te vas a enterar!

Arrancó un pedazo de aquella interminable carta, le dio la vuelta y sacándose un lápiz de los que llevaba siempre por los bolsillos, dibujó con trazo rápido y firme el retrato de aquél endiablado camarero, montado sobre una tortuga.

“Tito cameriere del Lepre a Roma”

¿No tienes prisa? ¡pues yo te regalo la eternidad! 


6 comentarios:

  1. Hay momentos en los que desearíamos tener algo más expeditivo que un lápiz, olvidando que el efecto de éste es más eficaz y duradero. ¿Le habrán servido ya?

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    1. Cuando hay hambre y a uno le hacen esperar, la verdad es que mejor dibujar al cameriere sobre una tortuga que dar rienda suelta a los instintos primarios que se despiertan... Lo mismo tenemos todavía a Cherubino esperando. !Quién sabe!

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  2. malage! que te escriben en los cuadernos o te pintan,
    mal fario los lleve,
    -A beber y a comer a tu casa, Cherubino

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    1. Es ya no se respeta nada, y menos en los establecimientos de servicios básicos, como usté bien sabe Frine

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  3. Que mal lo pasaría Mafalda en esa trattoría con tanta sopa...

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    1. Jaja, y de verdad además. Y de paso casamos al perezoso de Tito con Susanita... Llevo mucho tiempo pensando en revisitar a Malfalda. Genial.

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