martes, 26 de julio de 2016

Lions and tigers and bears, oh my!


Lions and tigers and bears, oh my!
¡Leones y tigres y osos, ay Dios mío!

Se calcula que, a lo largo de su vida, Bebe Daniels participó en cerca de 230 películas, la mayor parte de las cuales fueron anteriores al cine sonoro. Aquí, en esta magnífica fotografía promocional, Bebe tiene 9 años e interpreta a Dorothy Gale en la primera versión cinematográfica que se conoce del “Mago de Oz” (1910). La imagen pretende recrear el momento en el que la pequeña Dorothy exclama rítmicamente, con sus compañeros de aventuras, aquello de:

Lions and tigers and bears, oh my!
  
Aunque no tuvo el mismo éxito que llevó al estrellato a Judy Garland en la versión de más de 20 años después, esta película, de unos trece minutos y medio, le sirvió a Bebe como catapulta para convertirse en una presencia habitual en aquellas primeras producciones cinematográficas. Se le puede ver compartir reparto con Harold Lloyd, Rodolfo Valentino, Cecil B. DeMille, etc… y, cómo no, haciendo primeras versiones de películas que alcanzarían mayor éxito en sus revisiones posteriores, como es el caso del “Halcón Maltés” de 1931, donde interpretaba el papel de Ruth Wonderly.

Pero el cine, el teatro e incluso el musical, fueron sólo algunas de las facetas por las que era famosa quien en su época fue una de las flappers más reconocidas del momento. Eran frecuentes sus apariciones estelares en todo tipo de evento artístico, sus escándalos, fiestas, idilios y, cómo no, su presencia entre las páginas la prensa rosa del momento. El Vanity Fair de septiembre de 1922 recoge una ilustración de Ralph Barton que la muestra en medio de un grupo de famosos del mundo del espectáculo de aquél entonces. ¿La reconocen?: seguro que sí, a pesar de que han pasado 12 años desde que interpretó a la cándida Dorothy.


Dice Ralph Barton en el artículo que acompaña a la ilustración, que ha dibujado a Bebe Daniels usando traje de rayas horizontales, porque la ha sorprendido recién salida de la cárcel, a dónde la llevaron tras ser detenida por exceso de velocidad. Queda claro pues, y más aún si ven sus fotos de aquella época, que efectivamente ejercía de flapper con todas las de la ley.

Sorprende en la ilustración de Barton la fidelidad con la que ha retratado a todos los personajes que se ven en ella. Especialmente me ha llamado la atención el caso de la virtuosa, teatral e interesante Alla Nazimova: la que representa casi tal cual es fotografiada por Arthur Rice en su interpretación de Marguerite Gautier en Camille, que filmó junto a Rodolfo Valentino en 1921, por aquella misma época. Todavía hay hoy en día alguien que mantiene una página web dedicada a preservar viva la memoria de esta actriz, cuya biografía está repleta de interesantes episodios que, por no desviar mi rumbo y tampoco cansarles, reservo para otra ocasión.



Está claro que Ralph Barton conocía perfectamente su trabajo, y lo hacía buscando no sólo el parecido con los personajes representados, sino proporcionándoles además, como buen caricaturista, un toque de ironía, que en el caso de ambas actrices se materializa en el traje a rayas de la Daniels, y el vestido y la pose afectada de la Nazimova. Barton fue, seguramente, el ilustrador más famoso de la América de los años de 1920, la del jazz, las flappers y esa nueva clase elegante surgida del mundo del espectáculo. 

Barton, que inició su carrera como corresponsal en Europa durante la primera guerra mundial, conoció la fama a partir de los retratos mordaces y elegantes que hizo de las estrellas del momento. A partir de ahí, sus producciones fueron requeridos tanto en forma de ilustraciones por revistas -Vanity Fair, The New Yorker, etc…-, como por los diseños de bufandas y todo tipo de complementos que realizó muy a la moda de aquél entonces.

Su obra más conocida sería la que hizo en colaboración con la guionista y escritora Anita Loos, para quién ilustró su novela “Los caballeros las prefieren rubias” (1925). Esta obra, un texto de apenas 160 páginas en forma de diario, se publicó el mismo año que El gran Gatsby, convirtiéndose en uno de los mayores best-sellers de la década, y referencia obligada de la literatura de la llamada Era del Jazz. Poco quedó de ella en la conocida versión cinematográfica de alrededor de 30 años después, interpretada por la cansina Marilyn Monroe.

Anita Loos era diferente, comenzó como redactora de rótulos de las películas mudas. Suyos son, por ejemplo, los de "Intolerancia" (1916) de Griffith. Su habilidad para idear textos llenos de ingenio y frescura, le permitió, en el momento en que comenzó el cine sonoro, encontrar el filón necesario para explotar su capacidad en la redacción de diálogos brillantes y llenos de humor que tuvieron un enorme éxito entre sus contemporáneos.


Aquél mundo, como todos, estaba lleno de la más variada gama de personajes: la flapper que terminaría siendo una estrella de la radio y la televisión en Inglaterra; la actriz de origen ruso que era conocida por las fiestas libertinas que celebraba en su mansión conocida como El Jardín de Alá, y que hizo de madrina en el bautizo de la que con el tiempo sería la primera dama Nancy Reagan; el gran y talentoso ilustrador cuyo suicidio anunciado lo hundió durante mucho tiempo en el más injusto de los olvidos;  la concienzuda y personal escritora y guionista que se abrió camino con arrojo y coherencia en un mundo tradicionalmente reservado para los hombres…

Al fin y al cabo, vidas, todo tipo de vidas que, como las nuestras, giraron en torno a su tiempo. En su caso a aquellos días que ahora, a casi un siglo de distancia, conocemos como la era de Jazz.

Lions and tigers and bears, oh my!

16 comentarios:

  1. Anita Loos fue de las pocas personas del mundo del celuloide que soportaron el paso del mudo al sonoro.

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    1. A ella el cambio le benefició, pues supuso pasar de escribir rótulos a redactar guiones y libros... Seguramente tuvo mucho que ver el hecho de que tuviera un gran talento.

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    2. Pero hubo otras personas con talento, actores y actrices por ejemplo, que no pudieron dar el paso porque su voz o su pronunciación no eran buenas.

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    3. Supongo que con talento, o método asimilado, para interpretar como requería el cine mudo. Pero me da a mi que interpretar para el sonoro es ya algo diferente, y muchos no pudieron, o supieron, adaptarse.

      No hace falta que te recuerde el ejemplo que se da del caso que mencionas en "Cantando bajo la lluvia", cuando a la gran diva del cine mudo pretenden transplantarla al sonoro, cosa que fue imposible debido a su timbre de voz...

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    4. Acabo de ver esa escena, pero hay otra, no recuerdo en que película, que era desternillante, con el ruido de fondo de un collar agitado.

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    5. Me suena eso del collar haciendo ruido por haberse puesto el micro pegado a él, ¿no es de la misma película? ¿No es ésta ?

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  2. ¡ja!,
    A unido perfectamente las flaper con los ilustradores, de algún sitio tenían que venir las pin-up, (bueno eso es otro paso de tuerca)
    Salud,

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    1. Ahí, si señora. Alabo su profundidad de miras. Quien sabe si otro día le daremos una nueva vuelta a la tuerca...

      Salud!

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  3. No conocía el término flaper, observo que las mujeres empezaron a abrir brecha con una forma de vida muy adelantada para su época.
    Saludos

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    1. Así es en cierto modo. Supusieron un cambio en muchas cosas, empezando por lo externo, aunque a mi entender, y siguiendo un poco las insinuaciones que hace Frine en su comentario, esto desembocó en las décadas siguientes en algo más aparente y superficial, que al fin y al cabo fue una vuelta atrás que no sería superada de nuevo hasta la década de los años de 1960.

      Un saludo

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  4. ...a fin de cuentas, son gente que creó un estilo con el mejor recurso: la creatividad. Mujeres que se hicieron un sitio dejando a un lado los convencionalismos.

    Por otro lado, las películas del cine mudo siguen poseyendo la magia de la ingenuidad, del trabajo artesanal, y eso, en la era de la alta tecnología, merece todos los respetos.

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    1. Todo aquello, y las personas que lo protagonizaron, tiene el encanto del descubrimiento, de la experiencia, el arrojo y resolución de aquellos que se abren camino a sí mismos y a todos los que vinimos detrás por territorios desconocidos.

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  5. Tampoco conocía el término ni a la actriz. También estoy de acuerdo en lo cansina que me parece Marilyn.

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    1. No lo diga muy alto, lo de Marilyn, que para muchos es poco más que anatema...

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  6. Uno cree saber un poco, no mucho, de cine hasta que se encuentra con cosas como ésta, que le devuelven a la casilla de salida. Muy interesante, aunque nunca se me había ocurrido calificar a la actriz de Vidas rebeldes, Con faldas y a lo loco y otras, como cansina.

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  7. Uno cree saber un poco, no mucho, de cine hasta que se encuentra con cosas como ésta, que le devuelven a la casilla de salida. Muy interesante, aunque nunca se me había ocurrido calificar a la actriz de Vidas rebeldes, Con faldas y a lo loco y otras, como cansina.

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