domingo, 12 de abril de 2015

El caso Andrea del Sarto



Vasari hablaba de una obra de Andrea del Sarto que debía de consistir en la representación de una Madonna con el niño en sus brazos, Santa Ana y San José. Según se cuenta, estaban pintadas de una hermosa manera, y era tanto el placer que producía el verla, que su propietario, Baccio Barbadori, lo tenía en muy alta estima y lo guardaba en lugar preferente de su casa.

El interés por saber de esta obra me llegó de la parte de Friné, quién según me dijo, estaba intentando dar con una imagen de la misma, a partir de una noticia sobre su localización, en la nota a pié de página de una reciente edición, que la situaba nada más y nada menos que en Nueva York, en la Catedral de San Patricio.

Hasta aquí es cosa sabida por lo que contábamos en la anotación anterior. En los comentarios a dicha anotación contribuimos muchos de los que pasamos por esta casa con nuestras propuestas y búsquedas, pero con las que, según parecía, no sacamos nada en claro.

La mejor solución era, a nuestro entender tirar de los dos extremos de la búsqueda para averiguar si sacábamos algo de ello:

Extremo número 1. Catedral de San Patricio. Intercambiamos varios correos electrónicos con la persona responsable de prensa y comunicación de la Catedral de San Patricio de Nueva York, pero tras varias aclaraciones y consultas por su parte, el resultado fue poco esperanzador: nada de nada. La única imagen de una madonna que dicen tener es una de la Virgen de Guadalupe, nada más. No obstante, nos señaló que había otro San Patricio en Nueva York, cerca de aquél, al que llamaban “el viejo”.
Ni cortos ni perezosos escribimos en los mismos términos al Old St. Patrick y como respuesta obtuvimos un claro, irrefutable y decisivo silencio: ni se dignaron en responder a ninguno de los tres correos electrónicos que les enviamos. Ante lo cual, decidimos seguir una doble vía de actuación:

- Insistir, aunque sea ya por molestar, hasta obtener siquiera un cansado no por respuesta, pues es lo mínimo que la educación de los destinatarios debería devolvernos.

- Pasar a ver qué ocurría con el extremo número 2 de la búsqueda.

Extremo número 2. La dichosa nota a pie de página de la reciente edición de Cátedra, dice algo así como:

“Entre las numerosas copias de la obra, se considera como el probable original la tabla de la catedral de San Patricio en Nueva York.”

Será mejor centrarse en la localización de la obra y dejar de lado otras valoraciones, que en esta nota hay flores como para montar un jardín, es especial lo referido a copias y originales.

La idea con este “extremo” era la de dirigirse al autor de la nota de marras –supuestamente aquél a nombre de quien hubiera puesto la edición “definitiva-corregida-actualizada-y-mejor-de-todos-los-tiempos”-, y preguntarle de dónde se había sacado la tal afirmación, y dar de una manera u otra con el camino para alcanzar por fin nuestro objetivo.

El caso es que estábamos listos para ello cuando resultó que el servicio de información de Friné nos hizo saber que la dicha nota no era original, sino más bien de aluvión, es decir: copiada tal cual de ediciones anteriores, (nos mencionaron una inglesa, por ejemplo) y según creo, sin comprobar.

Con todo esto, era el momento de pasar a las conclusiones y decidir si seguir o no.

Para mí que hay uno o varios errores en todo el asunto. Empezando por Vasari, y siempre considerando que su descripción es exacta, podemos hablar de que las traducciones que se han hecho de ella empiezan ya a diferir un poco: en la mayor parte de ellas se dice que el niño está en los brazos de su madre, pero hay otras –por ejemplo la edición de 1996 de la Universidad Autónoma de México-, en las que lo traducen como que tiene el niño colgando del cuello.

Todo esto, está claro, se resuelve recurriendo a la edición en lengua original, pero nos sirve de muestra para la idea de que traducciones –el famoso lost in traslation- y el paso del tiempo, han podido hacer con lo que nos ocupa; en concreto con el hecho de que es posible que la obra que la dichosa nota sitúa en San Patricio de Nueva York, ni esté ya ahí, ni sea ese obra concreta –aunque sí otra del mismo autor-, y, además, se trate de una copia, no del original.

Los argumentos en los que me apoyo para creerlo, fueron saliendo en la anotación anterior, pues aunque en ninguno de los San Patricios neoyorquinos han sabido darnos cuenta de ninguna obra de del Sarto, sí que sabemos que en los años 40 del siglo pasado se hizo a dicha catedral donación de una Sagrada Familia con San Juan y Santa Isabel atribuida a dicho autor. En concreto ésta que ya veíamos la vez anterior.



Digo atribuida porque el original si que es obra de su mano, pero esta que se donó, difícilmente puede serlo dado el bajo precio al que la vendió la Catedral –entendemos que con fines benéficos- al marchante rumano Vlaicu Ionescu, allá por los años 70. En este sentido Frine sacó a la luz una lista de tasadores que a lo largo de los años había analizado la obra, llegando todos a esa misma conclusión.

El caso es que para cerrar el círculo, y como ya cuento en una nota del escrito anterior, una información de Associated Press de 4 de marzo de 1990, cuenta que el tal Ionescu, sufrió en esas fechas un robo en su apartamento del barrio Neoyorquino de Queens, de donde le llevaron ''The Barbadori Holy Family with St. John and St. Elizabeth'', además, curiosamente, de un anillo que el tal Ionescu consideraba de su paisano Vlad Tepes, el famoso Drácula. El caso es que a uno se le sigue quedando el regustillo a que o no sabemos de que hablamos, o sigue faltando una última pieza en este puzzle, pues he aquí que al tal cuadro se refiere la nota como el Barbadori, a pesar de que las personas representadas no son las mismas que describe Vasari.

Por lo tanto, y en resumen, pienso que la dicha obra no está donde dice la nota, que es posible que no estuviera nunca, y que dar por buenas notas a pie de página e incorporarlas a una edición que quiere considerarse solvente, es algo que a mí no me dejarían hacer… Pero es que yo, ni escribo, ni me conocen, y, además, vendería más bien nada.

Y dicho todo esto, pienso que quizá sea mejor dejarlo ya aquí, pues, siguiendo una vez más a Petrarca, “aunque todas esas cosas fueran ciertas, no tendrían ninguna importancia para la vida feliz. Porque de qué me aprovecharía conocer la naturaleza de los animales, pájaros, peces y serpientes e ignorar o desdeñar la naturaleza de los hombres, el fin para el cual nacemos, de dónde venimos y a dónde vamos”


8 comentarios:

  1. Bueno, impresionante el rastreo que has hecho. La vaca no sé dónde estará pero la pintura de Andrea del Sarto lo dejas claro. Un abrazo.

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    1. Un ejercicio de búsqueda sin brújula ni mapa. Seguramente, la vaca estará pastando plácidamente, mientras nosotros dedicamos nuestro tiempo a intentar huir de la rutina. ¿Dónde esta mi vaca?

      Salud!

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    2. El Guerra diría: hay gente pa to...

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    3. O, como diría un amigo: de traer olivas vengo...

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  2. Argumento de novela de intriga, con trasfondo histórico-artístico, tiene esta búsqueda. Qué gusto amargo deja ese The End, monsieur de Batz.

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    1. Es hasta donde pudimos llegar la señora Friné y yo. Supongo que se podría llegar más allá, pero, como intento decir por boca de Petrarca, quizá es mejor que pasemos a ocuparnos de otras cosas que pueden ser más importantes.

      Coincido, por supuesto, con su valoración. Tenemos en nuestra realidad materia prima de sobra para una interminable colección de novelas.

      Salud!

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  3. Me queda una última sospecha. Que el rumano, o la propiedad privada a quien representara decidiera cobrar vía "la prima del seguro", ya que no veía manera de que la obra colase, pues todos los tasadores la daban como copia.
    La otra conclusión: es que la traducción de esta vida puede estar "mu propia" pero las notas adolecen de un poco de rigurosidad. Un poco más adelante hace referencia a un san Juan sito en el museo de Vaduz en la Colección Liechtenstein, y desde allí me han contestado que nanai, que allí no hay nada ni atribuido, ni atribuible, ni parecido a un san Juan, y que no recuerdan que lo hubiese, usease, que me tengo que revisar de nuevo las notas en unas cuentas vidas (porque ya no me fio)
    Lo mejor de todo el tesón de Charles, es un perro de presa en historia, fino mandarino
    a quien saludo y abrazo

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    1. Lo de la prima entra dentro de lo posible, y visto lo que se ve hoy en día, hasta parece un tío legal el sobrino este de Drácula...

      De la edición a la que se refiere, usted tiene una opinión más formada que la mía, pues yo ni la conozco ni la he comparado en detalle con otras. Sólo se de la nota que ha provocado todo esto y que a mi entender es errónea por los motivos que ya he contado. Se algo también del San Juan ese, por lo que me contó su patrona, y creo que lo último que sabe es que le mandaron a preguntar a Viena. Para que aprendamos a fiarnos de todo lo que leemos, especialmente de algo tan devaluado por editores y negros que escriben para grandes firmas -por no hablar de las mismísimas grandes firmas-, como son las humildes pero nutritivas notas a pie de página.

      Ya sabe dónde me tienen si quiere seguir el rastro a alguien más.

      Salud!

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