Enredando en el catálogo de
manuscritos medievales iluminados de la British Library me he encontrado con
una nueva versión del “Breviari d'Amor”, obra del occitano Matfre Ermengaud,
franciscano, trovador , antologista lírico y senhor de leis. Este Breviari, compuesto con nada menos que 35.600
octosílabos, lo escribió a caballo entre el siglo XIII y XIV, y tiene la curiosa virtud de venir a conciliar
el amor por Dios con el erotismo terrenal de la lírica trovadoresca. Curioso, sí
señor. Y más aún que pueda llamarnos la atención hoy en día, casi ocho siglos
después.
Hasta ahora, conocía sólo algunas
de las iluminaciones que se conservan en la Biblioteca Nacional de Francia en
una copia también de inicios del XIV. Dado lo costoso de ejecutar copias de ese
pelaje, es fácil imaginar el éxito que debió de tener entonces la obra, al
existir testimonio de diferentes ejemplares con su propio repertorio gráfico.
La mayor parte de las
iluminaciones tienen un gran encanto, pero es quizá una de las finales, la que
me parece de las más evocadoras y atractivas: el demonio llevándose el alma de
un amante moribundo. No se por qué, pero a mí por lo menos se me hace muy fácil
identificarla con otras más antiguas relacionadas con Anubis y la conducción de
las almas… Pero no voy a comentar nada al respecto, pues creo que es mejor
disfrutar su visión.
La iluminación que encabeza este texto es la de la versión de la Británica; la que está aquí debajo es la de la Biblioteca Nacional de Francia.
Y un rápido apunte final, pues
quiero ser breve para procurar ser más frecuente en este cuaderno: otra de las
iluminaciones de la versión británica –desconozco si existe su par en la
francesa-, es la que más le ha encandilado a este perseguidor de sirenas. Se
trata de una en la que según leo, representa a Venus mirándose en un espejo. Me
sorprende por su sencilla belleza, y me llena de recuerdos de aquellos
blasones que adornan las fachadas de muchas casas de un valle muy próximo al
Baztán, a orillas del Bidasoa, en el que se representa a una sirena mirándose
al espejo mientras se peina… ¿imaginaban de una manera inconsciente a Venus?
Algo muy parecido me encontré hace años en el maravilloso pueblo perigourdino
de Collonges-la-Rouge, y en alguno de
los cuadernos que escribía por aquél entonces estará, aunque no he sido capaz de encontrarla.
(Y hablando de "Breviari d'Amor", vayan estas letras para Larouge, pues con ella comparto los recuerdos que he mencionado, y muchísimos más. Y a ella le debo que, cuando había pensado en cerrar definitivamente mi vida blogera, me animara con argumentos sólidos y solemnes a volver a esto:
- ¿Dejar de escribir? ¿tú estás loco? !Si es en lo único en lo que te diferencias de las bestias! Mírate si no en el modo que aúllas todas las noches cuando asoma la luna...)
Al final esto va a ser vicio, pero vicio vicio
ResponderEliminarjuas
Está chulo la villa de Collonges
Salud y abrazos, también para la musa que ha logrado quitarle la desidia
Por vicio que no sea... juas!
EliminarA Collonges merece la pena visitarla si se está por ahí, y además está cerca de Rocamadour, hermosa capital del cabecou del mismo nombre: !un buen queso, por Zeus!
Quedan transmitidos su saludos a la que me está sacudiendo la desidia...
Mucha salud y pocas multas.
¿Has probado a buscar tus entradas con Google? Si recuerdas el título o alguna frase, es lo más efectivo.
ResponderEliminarLo intenté, pero no doy con el título que le puse. No recuerdo bien, pero fue igual hace cosa de 8 ó 9 años, y eso uno ya lo tiene entre nebulosas...
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