Toca hacer la maleta para un
viaje tan extraño como poco apetecido. Será un equipaje breve, no se necesita
prácticamente nada allá donde voy, y me detengo únicamente en seleccionar los
libros que me acompañarán, pues quiero pensar que dispondré de una buena
porción de tiempo que aprovechar en la lectura. Aunque sea sólo visto por ese
lado, por fin podré detener por unos días el imparable ritmo que, desde hace ya
más de un año, me tiene continuamente ocupado y ausente, con el humor
oscurecido y el afecto hacia mis semejantes regado por el espejismo de la
decepción.
Quizá pueda parar un poco, leer y
reflexionar. Es posible que incluso vuelva a tomar de la mano a los dos
vástagos que dejé recién empezados, y los concluya con renovada esperanza.
¡Quién sabe!: los cambios y paréntesis siempre ofrecen visiones de esperanza.
Seguramente me llevo más de lo
que pueda leer… El primer libro que he metido en la maleta es "Vicomtes et vicomtés dans l'occident
médiéval" de Hélène Débax (ed.), y tiene que ver mucho con la afición que
tengo a recopilar, leer, y anotar todo
libro o artículo especializado que me encuentro relacionado con los numerosos
condados, vizcondados, ducados, etc… que proliferaron durante la Edad Media en
torno a los Pirineos. Es, para mí, una parte de la historia que, además de
resultarme muy cercana o quizá por eso, me resulta rica y apasionante, a la vez
que absolutamente desconocida.
En mi casa hay un rincón lleno de bagatelas de
estas, ordenadas lo mejor que he podido por alguna de sus filiaciones:
Aquitania, Bearn, Bigorre, Armagnac, Gascuña, Comminges, Fuxe, Toulouse, etc… Esta
afición mía ha sido el principal motivo de muchas de las salidas que he hago en
torno al norte de los Pirineos.
El libro que presente Débax, es
una recopilación de diferentes estudios, la mayor parte relacionados con las distintas entidades políticas del territorio Pirenaico en
la Edad Media.
Siguiendo en el mismo periodo, el
segundo libro que ha entrado en la saca es “Arte y belleza en la estética
medieval” de Umberto Eco. Del autor no voy a decir nada que ustedes no sepan, y
del libro no puedo decirles mucho, pues todavía no lo he empezado, y me he guiado
sólo por la solvencia que tiene para mi su autor, Eco, el interés del título y lo que he
hojeado –con “h”-, que ha creado en mí la expectativa de revivir por medio de
la lectura algunas de las más interesantes conversaciones que he tenido sobre
el arte de aquél periodo.
Ahora recuerdo, en relación con esto, una hermosa charla
en la cripta de la Iglesia de San Martín de Orisoain, hace ya algún tiempo.
Todavía recuerdo aquél hermoso "si luz me ciega, ceguedad me guía" de Juan de Tarsis...
Como simple memoria de lo vivido
hace unas semanas en la tierra de Rousseau, me llevo conmigo una colección de
algunos de los capítulos de sus “Ensoñaciones del paseante solitario”, recopiladas bajo el título de «En méditant
sur les dispositions de mon âme...».
Es también puro morbo, dadas las
circunstancias en que lo voy a leer, y el deseo de leerlo, aunque sean sólo
algunos capítulos, en su idioma original.
“Contar las huellas. Claves para
narrar tu viaje”, cayó en mí de manera accidental, y aunque no soy nada amigo
de estos libros de autoayuda literaria, me atrajo el modo en que está escrito,
y la habilidad de su autor por hacer ameno el proceso de aprendizaje del que se
ocupa. Quizá hasta se me pegue algo de esa habilidad narrativa.
Además de todo lo dicho, llevo
para los momentos que apetezca de algo más ligero un libro del archiconocido
Andrea Camilleri, “La banda de los Sacco” que parece ser una interesante historia
siciliana de violencias, venganzas y saltos de sus protagonistas al lado oscuro…
Siempre he tenido un especial afecto por la literatura italiana contemporánea,
y Camilleri, a mi entender, tiene un modo narrativo muy claro y directo, del
que me gustaría aprender.
Y esto es todo. Mañana lunes al
mediodía ingreso para que me operen de la tiroides. Espero, como he dicho, no
tener muchas visitas y sí tiempo para dedicarlo a estos libros de los que les
he hablado.
Durante todo este tiempo,
guardaré silencio, así que si no respondo a sus correos, ni les visito en sus
cuadernos, sepan que será porque estoy haciendo un viaje tan extraño como poco
apetecido.
Espero que el viaje sea rápido, aunque los libros se queden para la convalecencia en casa. Suerte y que todo vaya bien. Mientras tanto, echaré de menos tus "disentimientos"...
ResponderEliminarVaya viaje, cachis en la leche. Desde que comencé a leerte había algo raro en la manera como decías las cosas que no terminaba de captarte hasta el final. Cuídate querido amigo, te lo dice uno de esos cascados con salud de hierro. Vamos a extrañarte un montón, mucho ánimo, que se te haga breve y provechoso que regreses con brío y loco por contar cosas. Respecto a los libros poco puedo, no leí ese Rousseau, de Camilleri sí, que me parece muy entretenido. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy convencida de que no le va a dar tiempo ni a mediar el primero.
ResponderEliminarGuárdelos para la convalecencia, en casa, con luz dorada y rodeado de los suyos. Es mucho más agradable la lectura.
Que tenga una horita corta.
Un abrazo, monsieur de Batz.
Buena ida y mejor vuelta.
ResponderEliminarY, claro, ¡¡salud!!
Tengo mucha fe en la ciencia, y en los economistas de los hospitales, así que usted no va a terminar tanto libro, ¡A lo sumo 2!, y el resto se los va a masticar en casa, con mimitos,
ResponderEliminarUn gran abrazo.
¡¡ y que vuelva con mucha más Salud !!
Ya que se trata de un viaje al que uno va obligado y no por gusto, espero que se haga corto, y que el destino lo compense con creces.
ResponderEliminarMe imagino que algún libro habrá quedado, ya que, afortunadamente, el viaje no ha sido muy largo. ¡Bienvenido!
ResponderEliminarEn activo de nuevo. Quedan todavía rutas extraordinarias, entre el misticismo y el ensueño, donde apoyar los pasos y muchos volúmenes que releer y meditar...
ResponderEliminarDisfruta de tu convalecencia.
Un brindis por la salud.
Gracias a todos por vuestro apoyo e interés. Efectivamente, llevo desde el domingo de casa, después de haber la semana ingresado. La operación ha ido bien, aunque me han prometido una recuperación larga y en la que, a día de hoy, todavía no acabo de recuperar la voz.
ResponderEliminar¿Lecturas? Aquí les diré que este ha sido el punto positivo de toda la historia. En lo que llevo desde mi ingreso, he tenido tanto tiempo, que he podido leerlos todos a excepción del primero. Seguramente, al ser un poco más espeso y voluminoso está ahora por la mitad, compartiendo mis tiempos con algún otro libro que he incorporado a la lista.
Me siento muy animado y lleno de agradecimiento por el interés y afecto que me habéis transmitido estos días.
Parafraseando a nuestra cartujera, un brindis por la salud de todos nosotros!