lunes, 10 de agosto de 2015

Mundo bizarro

Visitando el museo que había en una pequeña localidad cercana a Neuchatel, he descubierto algo que es la clave por la que se explica el por qué de esa reconocida calidad de los relojes suizos, bien sea en forma de lujosos y precisos ornamentos de pulsera, bien sea colgando de una pared  como relojes de cucú. Orson Wells improvisó algo acerca de ellos, y de los suizos, en la escena de la noria del Prater de Viena en el Tercer Hombre. Aunque me pica la curiosidad, todavía no me he atrevido a preguntar a nadie aquí que les parece la dichosa escena. Es posible que muchos ni siquiera la conozcan. O sí.

Volviendo al hilo de lo que contaba, les voy a pedir que observen con detención la siguiente fotografía, tomada a una vitrina de objetos de la Edad de Bronce que conserva el museo del que les hablo.


Parece ser que, a ojos de los expertos de este museo, o por lo menos por lo que exponen en dicha sección, ya en la Edad de Bronce, los entonces habitantes de Suiza, fabricaban modernisimos artefactos para medir el tiempo. Y uno, sin encontrar en las tarjetas que describen o denominan a los objetos de dicha vitrina, el que se corresponde con el misterioso artefacto, llamó al vigilante del museo para que le aclarara su duda.

- ¿Esto? Realmente no sé lo que es... -dijo mientras lo sacaba de la vitrina mirandolo con extrañeza.

- ¿ Quizá un reloj de pulsera? -respondió mi compañera Larouge.

- !Oh, mais bien sure! -respondió de uma manera que hereferido no traducir, mientras se metía el reloj en el bolsillo y desaparecía por el pasillo del museo.

En este mundo, da lo mismo el lugar, ocurren cosas realmente bizarras. Tales, como la de haberme encontrado pocas horas después, con una postal como la que les muestro a continuación.


9 comentarios:

  1. No, los vecinos no se quedan atrás curioseando, parecieran espías de la divinidad :) Y respecto al reloj, supongo que en la Edad de Bronce necesitarían organizarse el tiempo de alguna manera. ;)

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  2. No, los vecinos no se quedan atrás curioseando, parecieran espías de la divinidad :) Y respecto al reloj, supongo que en la Edad de Bronce necesitarían organizarse el tiempo de alguna manera. ;)

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    1. Yo tengo un par de vecinos que me hacen la competencia con gran eficacia, pero si a mi me mueve un interés puramente antropológico, a ellos me temo que son motivos algo mas oscuros...juas!

      Salud

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  3. ¿Y por qué dos mujeres mayores? Siempre con las etiquetas... Si un rejoj de pulsera puede estar en una vitrina con objetos de la Edad del Bronce, menos disparatado es que los hombres jóvenes sean curiosos.

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    1. Estoy seguro de que usted me creerá si le digo que me lo pensé unas cuantas veces antes de colgar la foto en cuestión. Evidentemente el tópicos es doble y claro: mujeres y mayores... Totalmente con usted, pero me dejé llevar por el texto que lo acompaña y cuya segunda parte lo interpreto sin precisar sexo ni edad... Como usted vien dice, los curiosos podemos se mayores y jóvenes, hombres y mujeres, etc...

      Salud!

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    2. Acabo de darme cuenta que es un fetichista de las tarjetas... he visto en la Maison varios libros de uso con alguna suya como marcapáginas
      juas

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  4. Me pilló con todo el equipo doña Frine, que lo de acumular postales es un vicio que uno tiene, muy unido al de seguir usando el servicio postal tradicional, tanto para mandarlas como para enviarmelas a mi mismo para tener la marca postal de la oficina de correos del pueblo de turno. Eso si, no vale cualquier postal, como bien sabe: debe tener algo.

    Salud!

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  5. El reloj en la vitrina no demuestra sino que los suizos no necesitan abuela, ni siquiera a las talluditas señoras que, según reza el mensaje, no pierden comba.

    Salud y buenas vivencias.

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  6. Jaja, así es, sobre todo en eso de que no necesitan abuela... Llegué casualmente a su país en el "día de la patria", y aquello parecía un parque de atracciones.

    Salud!

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