viernes, 7 de agosto de 2015

sobre la tolerancia



En ocasiones uno llega a la convicción de que las palabras, tal y como las usamos, no son otras cosa que hermosos escenarios de cartón piedra vacios, sin contenido y levantados, o empleadas en el caso de las palabras, para dar al público una apariencia que nada tiene que ver con la intención de su autor.

Desayunabamos esta mañana en un bar acompañados de un ejemplar ya muy manoseado de "La tribune de Geneve", cuya portada llamó pronto mi atención.  En ella, el reportero de turno manifestaba su satisfacción por el hecho de que este año había aumentado el número de turistas "del Golfo" en todo el cantón de Ginebra. Los comerciantes, según cuenta,  están como locos, y en los bares se están poniendo las botas de disimular whisky en tazas de té. Todo un negocio.

Como lo de dar con el origen de un fenómeno de esta magnitud es algo a lo que está esperando un periodista toda su vida, el nuestro ha puesto manos a la obra y sin mucho esfuerzo ha logrado desvelar el misterio: se trata de una cuestión de tolerancia. ¿De tolerancia? Si, de tolerancia.

Parece ser que hasta ahora, esos turistan pasaban sus vacaciones en la vecina Francia, pero como en este país han tenido la ocurrencia de prohibir el uso del niqab, han optado por trasladar su residencia vacacional al área de Ginebra, por ser esta más tolerante.

¿Tolerante? A alguien como yo, que ha recibido a lo largo de su vida una formación más bien mediocre, le gustaría que le explicaran qué es exactamente eso de la tolerancia en estos casos... Al final, se me ocurrió echar mano del diccionario de la RAE, y ahí, en la acepción número 2, encuentré lo siguiente:

"Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes a las propias"

Esto me casa perfectamente con lo que dice nuestro periodista en relación a la tolerancia, pues es ejercitarla el admitir que haya personas que consideran a las mujeres como objetos de su propiedad, que deben salir a las calles embuchadas en un buzón de tela. Por supuesto, debo admitir que consideren a las que no son así como simples fulanas...

En resumidas cuentas, esa tolerancia nos induce a admitir la esclavitud, los malos tratos, el abuso, y lo que sea, pues no son otra cosa que ideas y creencias diferentes a las nuestras.

En relación a esto, me viene al recuerdo el magnífico "Castiello contra Calvino" de Zweig -muy a propósito hablando de Ginebra-. En él, se cuenta como Castiello denuncia a Calvino por la quema de Miguel Servet, y escribe aquello de:

"Matar a un hombre no será nunca defender una doctrina, será siempre matar a un hombre"

Creo que no hace falta que explique el paralelismo que veo en aquellas palabras con la que pienso de esa supuesta tolerancia: permitir que alguien considere a otro como un ser inferior y de su propiedad nunca será una cuestión de tolerancia,  será siempre permitir que alguien considere a otro como un ser inferior y de su propiedad.

Y desde luego que considero que hay que ser muy ingenuo para creerse que ellas lo hacen por su propia voluntad, si no es por el hecho de que conservan inconscientemente un temor absoluto hacia cualquier cambio.

¿Tolerancia? Considero que todos debemos ganarnosla o merecerla, pero que en ningún caso debería regalarse a cambio de los beneficios económicos que va a ganar, en este caso, el cantón de Ginebra.

11 comentarios:

  1. La tolerancia de los bancos con las grandes fortunas ocultas o el blanqueo de dinero. Todo por la pasta...

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    1. las chicas de la maison igual, todo por la pasta, ¿que vamos a comer hoy?- ¡¡¡tallarines!!! - ¡que guapa y tolerante estas hoy Friné!, me dicen...

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  2. Es una cuestión de puro interés económico que quiere disfrazarse de una supuesta tolerancia, tal y como usted dice Senior.

    Tenga usté cuidado doña Frine, que mientras usted administra a sus pupilas y controla los gastos del negocio, su patrona debe andar abriendo y cerrando cuentas fuera del Reich, en Suiza, juas!

    Sigo sin acostumbrarme a esto de escribir con una tableta de esas, a pesar de lo extenso de esta entrada, pero en cuanto uno se desconecta de la presión de la rutina, le van ocurriendo mil cosas que quisiera dejar escritas.

    Peor es dar con una wifi en algunos de estos pueblos.

    Salud!

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    1. ¿Has probado a conectar la tableta al móvil? En la Red hay varios sistemas de hacerlo y, si no quieres estar mucho rato, puedes escribir aparte y luego conectarte para enviar.

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    2. Asi lo he hecho, pero aseguro que entre procurar escribir debidamente con la tablet con estos dedazos, y cazar una conexión gratuita a una wifi que sea algo estable, esto de escribir algo para la red se vuelve un suplicio.

      Gracoas y salud!

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    3. A lo que me refiero es a utilizar la descarga de datos del móvil, no una wifi. Pero bueno, de una forma o de otra, estamos contando con tus post en este verano agobiante y se agradece.

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    4. Es que aqui como use la descarga de datos sin wifi me arruinan, no tengo roaming. De ahí que tenga que andar pendiente de las wifis.

      Ahoro os mando un par de curiosidades.

      Salud!

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    5. Es que aqui como use la descarga de datos sin wifi me arruinan, no tengo roaming. De ahí que tenga que andar pendiente de las wifis.

      Ahoro os mando un par de curiosidades.

      Salud!

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  3. Confieso que jamás he respetado según que ideas y/o filosofías; solamente la libertad de cada cual a expresar sus puntos de vista.

    El vocablo tolerancia lleva implícita cierta condescendencia con lo distinto; supone, a la vez, una visión uniformada de la sociedad, de la propia, en un mundo de castas donde imperan los roles y gobiernan los prejuicios.

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  4. Como intento decir en el texto, una cosa es ser tolerante y otra es tolerar la intolerancia, el clasismo, el racismo, etc... y lo que se hace aceptando que haya mujeres que caminan por la calle como si fueran buzones de tela, es cometer un crimen contra los derechos básicos de las personas.

    Lo trisite es que unos lo aceptan por cuestiones de beneficio económico, y otros por simple miedo o esa corrección política que hace tan estúpidas y faltas de criterio a las personas.

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  5. Es lo que tiene el dinero, que muchas veces marca la diferencia entre árabe y moro..., y me ahorro los epítetos que el desprecio que nace del miedo que da el desconocimiento suele añadir a los segundos.
    La tolerancia requiere esa posición de superioridad, de fuerza, que permite en cualquier momento dejar de ser tolerante sin que el tolerado pueda hacer otra cosa que aguantarse. Por eso yo preferiría que ese concepto fuese cayendo en desuso en favor del respeto, entendido como obligación de no entorpeceer el derecho de los demás a ser diferentes. Claro que la batalla de la imagen en ese campo está perdida, un "yo soy tolerante" conlleva una incomprensible grandiosidad con la que no puede competir un "yo soy respetuoso", con el que parece que tu mayor cualidad es dar los buenos días y tratar a los ancianos de usted. Luego está el problema de qué es lo que se respeta y qué no..., y ahí es donde llega la zona gris..., porque el respeto ha de ir dirigido a los derechos del otro, en este caso, del extranjero o del "diferente"..., pero los derechos de los otros suelen estar definidos por sociedades más tolerantes que respetuosas y claro, con esos mimbres el cesto sale como sale. Por supuesto hay cuestiones que son de Orden Público, es decir, de eso que una sociedad moderna (y nos gusta pensar que lo somos) no puede aceptar por chocar con cuestiones de carácter irrenunciable..., como por ejemplo la discriminación a las mujeres..., ya saben, esa que en España se practica a diario en todos los ámbitos pero que sólo suele convertirse en noticia cuando hay "moros", que no "árabes" de por medio (situación en la que se aplica la tolerancia hipócrita y ávida de dinero que denuncia Charles de Batz). Que tampoco hay que exagerar, que también es noticia cuando todos los años los sindicatos fotocopian y reparten a la prensa el informe anual sobre desigualdades salariales, y cuando el Gobierno anuncia su decisión inamovible de poner fin a esos abusos y tal y cual y eso y lo otro...
    Saludos.

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