martes, 9 de mayo de 2017

Liñiou faté


Los dioses son caprichosos. Lo mismo hacen gala de una extrema crueldad con nosotros, pobres mortales, que se muestran a continuación generosos y llenos de bondad. Así conducen los vientos de la fortuna, y dejan que con la incertidumbre en nuestros corazones, vivamos sometidos a su antojo. No hay camino trazado por ellos, pues supondría un obstáculo a su voluntad cambiante.

De todo esto era consciente el poeta Horacio, y de que las cosas podrían volverse en su contra también. Por ello, cuando fue encargado de celebrar la derrota y muerte de Cleopatra y Marco Antonio tras Accio, no quiso sacrificar la oportunidad de hacer una fiesta de ello, y despachó rápidamente sus primeras estrofas con una transcripción textual de otras que escribió Alceo de Mitilene quinientos años antes:

"Nunc est bibendum,
nunc pede libero pulsanda tellus"

(“Ahora es el momento de beber,
ahora es el tiempo de bailar como loco sobre la tierra”)

Horacio tenía claro que lo importante era celebrar la vida, el nacimiento de un nuevo mundo tras la muerte de los tiranos. A partir de entonces, el tiempo desaparecía por fin, para dejar paso al momento.


A principios de mayo de 1894, se celebraba en la ciudad francesa de Lyon la Exposición Universal, Internacional y Colonial. Entre las empresas expositoras, había una nueva con un producto también muy reciente y desconocido para la mayor parte del público. Se trataba de Manufacture Française des Pneumatiques Michelin, con apenas cinco años de vida, y dedicada inicialmente a la fabricación de cubiertas para bicicletas, aunque la posterior evolución del mercado les llevaría a centrarse en un invento que avanzaría con el nuevo siglo: el automóvil.

Aquél día, un trabajador se esmeraba en ir apilando neumáticos junto a la exposición de la casa. Iba colocándolos uno sobre otro hasta formar dos columnas del tamaño de una persona. En ese momento se acercaron por ahí los jefes y propietarios, los hermanos Édouard y André Michelin, quienes tras revisar el estado del área dedicada a su empresa, se detuvieron a observar la pila que poco antes había estado formando su empleado: “Si tuviera brazos parecería un hombre“ -comentó Edouard a su hermano.

La idea se quedó ahí, hasta que algún tiempo después decidieron dar un paso más en la promoción de la empresa, y llamaron al artista Marius Rossillon, que firmaba con el seudónimo O’Gallop. André tenía en mente una obra de grandes dimensiones que Rossillon había realizado para una compañía cervecera alemana. En ella aparecía un hombre levantando una jarra con su mano derecha con el lema “Nunc est bibendum”. El mayor de los Michelin tenía también la idea de combinar esto con la ocurrencia de esa apariencia humana que había encontrado a la pila de neumáticos.

Así que a Rossillon no le quedó más que tomar nota y dibujar el primer cartel: diseñó un muñeco hecho a base de ruedas apiladas brindando con una copa llena de cristales, clavos, etc... Tal y como indicaron los hermanos Michelin, incluyó el lema Nunc est bibendum, seguido de otro que, ya en francés, decía “A vuestra salud. El neumático Michelin se bebe el obstáculo”. Con ello, pretendía forzarse su interpretación a un juego de palabras en el que venía a decirse que el neumático se traga sin daño alguno los obstáculos que llenan su vaso. Todo por mantener la cita horaciana…

¿Iba a entender alguien a que venía eso? Seguramente esa capacidad que tenemos todos de interpretar cualquier cosa que se nos ponga delante, hizo que al quedar el texto exactamente encima del muñeco y haber un “est” delante del nombre, la mayor parte de la gente utilizara la lógica y pensara que ese era su nombre, intuyendo que el texto podría decir algo así como “Este es Bibendum”


“Liñiou faté”/ Ahaztutakoak significa “los olvidados” en wolof, una de las lenguas habladas en Senegal y Gambia. Este mismo nombre que se le ha dado a una exposición que se celebra actualmente en el Museo de San Telmo de San Sebastián, con fotografías y grabaciones de video tomadas por Juan Mari Indo en sus viajes por el continente africano. En ella se nos muestra cómo se utiliza a Bibendum actualmente en el África Subsahariana, para señalizar los talleres de reparación de pinchazos de ruedas. Es curioso descubrir que uno se los puede encontrar en los sitios más increíbles: desiertos, carreteras, ciudades, poblados, pistas de piedra o arena…

Sus dueños son artesanos capaces de reparar una cubierta de rueda de camión cosiéndole una cuerda. Hacen también las veces de artistas y pintan su particular Bibendum con colores y formas modestas echando mano de los pocos recursos de que disponen. Tienen una especial habilidad aprovechar paredes, chapas desplegadas, ruedas apiladas, carteles de todo tipo o cualquier otro soporte… Saben que lo importante es atraer la atención de los posibles clientes que circulan por las inmediaciones hacía esos talleres que han logrado levantar.


El bibendum que encontramos en estas representaciones ya no tiene nada que ver con el original: es una imagen naif, un graffiti de aspecto precario que parece en ocasiones una representación animista, una máscara de alguno de esos cultos remotos y desconocidos que imaginamos todavía se pueden practicar en algún rincón de aquél continente lleno de misterio.

De hecho, “Liñiou faté” se refiere a nuestra periferia. A todo aquello que hoy en día, a pesar de haberse acortado tanto las distancias y los tiempos, sigue estando todavía en lo más remoto de nuestra conciencia. Habla de esa creatividad nacida para sobrevivir, y que sin embargo está condenada al olvido, a desaparecer sin que apenas hayamos sido conocedores de su existencia. 


Los dioses son caprichosos, decía al principio. Y moldean el tiempo de manera que construya olvido con nosotros y con las vivencias que nos ocuparon. También con todo aquello que hacemos. Puede que en el mejor de los casos, quienes nos sucedan hagan de nuestro recuerdo algo que jamás hubiéramos imaginado…

Pero ni de esto hay garantía alguna, pues no hay camino trazado que pueda suponer un obstáculo a la voluntad cambiante de los dioses.


6 comentarios:

  1. anoté anoche pero parece que se ha perdido
    Decía que la nota es genial, y que cuando vaya a revisar el aire de la rueda del coche, a mis sobrinas les va a doler la cabeza de la charla

    Nunc est bibendum
    Salud!

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    1. Pena que se pierdan los comentarios en primera hornada... y ocurre más de lo deseable.

      Por favor, cuando les de la charla, no me haga responsable de ello, que lo mismo me envían sus sobrinas un sicario para agradecerme el dolor de cabeza.

      nunc pede libero pulsanda tellus!

      Salud!

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  2. Curioso que de un verbo se saque un nombre propio y de una marca registrada un sustantivo común equivalente a lorza... Todo ello indica que el cerebro se mueve en sus propios trampantojos. Y ahí no hay dios, por muy poderoso que se crea, que pueda trajinar a su antojo.

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    1. Así corremos a lo largo del tiempo, como energía que ni nos creamos ni nos destruimos, únicamente nos transformamos: ahora en una frase célebre, después e un muñeco publicitario, para terminar por señalizar un taller mecánico...

      Salud!

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  3. Los dueños de esos talleres corren el riesgo de que, a ciertas clientas, su muestra les recuerde la Operación Bikini...

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  4. Has engarzado perfectamente todas las cuentas, ya que al final una cosa lleva a la otra, hasta el punto de que necesitamos a un arqueólogo que sea capaz de desandar el camino, de seguir el hilo hasta encontrar el principio. Somos una especie con una forma de pensar muy curiosa.

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