Poco podía imaginar Louis
Bourdaloue (1632-1704), jesuita de la corte francesa de Luis XIV, que la fama
que se ganó con sus sermones iba a ser recompensada bautizando con su su nombre
a un tipo de orinal muy especial, que aún hoy en día hace las delicias de los
coleccionistas de antigüedades. Así es, cuentan que era tan grande su habilidad
oratoria, otros hablan de tediosa charlatanería, que las personas que le
escuchaban no querían perderse ni una sola palabra de sus sermones. Sea como
fuere, el caso es que algunas de las señoras de la buena sociedad de entonces
que acudían a escucharle, empezaron a
encargar a sus menajeros unos recipientes que pudieran esconder entre sus faldas,
por si durante el interminable proceso oratorio del padre Bourdaloue sentían
alguna necesidad perentoria.
Esta
necesidad tan especial hizo que el bourdaloue fuera dotado de un diseño ergonómico
muy específico, de manera que servía lo mismo para aliviarse en cuclillas que de pie. Era
oblongo, rectangular, o de forma oval, tenía un labio ligeramente elevado en uno
de sus extremos y un asa en el otro. Los bordes curvados hacia adentro evitaban
el herir las partes más delicadas.
Les ruego me
disculpen si la imagen de Francois Boucher que les muestro a continuación les
parece muy chusca, pero me la he encontrado durante el proceso de documentación
gráfica de lo que les estoy contando, e ilustra con la mirada de la época, y
muy a las claras, el modo en que se empleaba el curioso Bourdaloue.
No debió de
ser muy extraordinario el caso del tal Bourdaloue, en cuanto a la incontinencia
verbal que mostraba en sus sermones, si hacemos caso a la divertida, aunque
también densa, crítica que hizo algún tiempo después el Padre Isla en su Fray Gerundio de Campazas:
“era obra de
cierto fraile mozo, de estos que se llaman padres colegiales, el
cual trataba en dedicatorias, arengas y cuodlibetos, por ser uno de los latinos
más deshechos, más encrespados y más retumbantes que hasta entonces se habían
conocido, y que había ganado muchísimo dinero, tabaco, pañuelos y chocolate en
este género de trato; «porque al fin -decía en su carta el gimnasiarca- el
latín de este fraile es una borrachera, y sus altisonantes frases son una
Babilonia»”
Eso mismo,
una borrachera.
Por cierto,
que el “efecto bautizo” del bueno de Bourdaloue trascendió más allá de su
vida, e incluso de su siglo, llegando a finales del XIX… Cuentan, de nuevo, que
un pastelero, de nombre Lesserteur, ideó una tarta de peras y crema de
almendras que no tardó en hacerse popular entre, una vez más, la “buena
sociedad” parisina. Como al correr la voz entre quienes la probaban no había
manera de llamarla de algún modo que facilitara su compra, alguien optó por lo
más sencillo y práctico: ponerle el nombre de la calle donde se encontraba las
pastelería de monsieur Lesserteur… Ese calle era la Bordaloue, llamada así en
honor del ya tiempo atrás desaparecido jesuita de la corte de
Luis XIV.
Por si fuera
de interés, aquí dejo un enlace a una de las tantas páginas que explican la
receta de su elaboración.
¡Buen
provecho… y mejor digestión!
Orinales y tartas de peras, vaya combinación tan sorprendente. La historia siempre es un caladero de noticias fantásticas pero lo tuyo es un don, querido amigo.
ResponderEliminarA poco que se tire suavemente del hilo de los hechos, da igual de cuales, aparecen cosas como estas. El don es vuestro, lo mio es fortuna por conseguir mantener vuestra presencia en mis cuadernos después de ya tantos años.
EliminarSalud!
juas y rejuas, vamos que una como yo, me veo en la obligación de pedir una tarta "bodaló" y me arrean un orinal, y encima se descojonan de risa
ResponderEliminarjuas juas juas
muy bueno Charles
Un saludo
Y lo más original, seguro que usted ya se ha dado cuenta, es el "detalle ambientador" del grabado: fíjese en la rosa estratégicamente despistada en el suelo, justo a la sombra de bourdalou...
EliminarMe pregunto para que podrían utilizar esas damas lo que sobresale en la cabeza del asa.
ResponderEliminaranda queeeeee, en qué estaría yo pensando..... juas y rejuas, eso es un pecao
EliminarKisssss y kissssss
Me parece que sí, que intentando averiguar eso, vamos a pecar de pensamiento, juas!
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