domingo, 26 de junio de 2016

Tir A’ Mhurain

Paul Strand. "Milly, John and Jean Mac Lellan"

Paul Strand fue un neoyorquino que fotografió durante mucho tiempo a su propia ciudad, antes de viajar a México, Francia, Italia, Ghana, etc... Trabajó en el Reino Unido en una ocasión, durante una visita que hizo a las Hébridas, en 1954. Estaba preocupado de que un plan para instalar una base de misiles en la isla, cambiara la vida de la gente en South Uist, lo que incluía a mí y a mi familia, y él quería fotografiarnos como vivíamos entonces antes de que fuera demasiado tarde.

Este soy yo, en el medio, con  ocho años de edad, con mis hermanos Millie y Jean Paul. Estamos de pie en el sofá para que nos dé un poco más de altura. Recuerdo a Strand fuera, colocando su cámara sobre un trípode grande, cubierto bajo un manto. Parece ser que siempre era así de meticuloso, dedicando un largo tiempo a preparar y hacer sus fotografías como si fuera un fotógrafo de estudio. Aunque estaba al aire libre.

Esta había sido la casa de nuestros abuelos, y cuando la heredó mi padre construyó dos nuevas alas. También tuvimos un huerto, y 10 acres de tierra, y había un lago en la parte de atrás de la casa. Para mí y mis hermanos -tenía cinco hermanos y cinco hermanas-, siempre hubo trabajo que hacer: teníamos gallinas, patos y dos vacas. Los alimentábamos, guardábamos por la noche, recogíamos los huevos, limpiábamos los gallineros y ordeñábamos las vacas. Además, teníamos que ir lejos a buscar la turba para el fuego.

Planté un huerto, donde cultivé  lechugas, zanahorias, remolachas y repollos. En verano, había otros cultivos que atender, además de cortar la  turba, secarla y apilarla. Para comprar cualquier cosa, íbamos caminando a Lochboisdale. Allí nos daban algo por devolver botellas vacías de limonada y tarros de mermelada, lo cual complementaba nuestro dinero de bolsillo. Ciertos días de la semana nos visitaban además vendedores ambulantes.

A medida que mis hermanos y hermanas mayores se iban de casa, había más trabajo para los más jóvenes, y yo era el segundo más joven. Era como un negocio que para compensar la reducción de la mano de obra, nos convertían a los que quedábamos en trabajadores multitarea,  ya antes de que el término entrara a ser de uso común. No había muchos otros niños en las cercanías para jugar, y el ritmo de vida era bastante lento.

Strand no fue la primera persona que nos fotografió. Werner Kissling, un fotógrafo alemán que documentó comunidades similares de todo el mundo, nos retrató muchas veces con su Leica. A diferencia de Strand, él siempre nos fotografió en el exterior. Regresó a menudo y se convirtió en un amigo de la familia.

Strand publicó un libro de su paso por South Uist en 1962, llamado Tir A’ Mhurain, que en gaélico significa la tierra de barrón, que se extiende a lo largo de la costa occidental. Vi por primera vez esta fotografía cuando compré el libro 20 años después de su publicación, en 1981.

Salí de South Uist cuando tenía 15 años, al terminar la escuela. Los jóvenes teníamos que salir de allá para seguir estudiando o buscar trabajo. No siento ninguna sensación de pérdida. De hecho, todo ha salido bien, probablemente debido, en no pequeña medida, a mi crianza. Vuelvo ocasionalmente desde Edimburgo, donde ahora vivo, y siempre soy tratado como si nunca me hubiera ido.

(John Mac Lellan, en "The Guardian", 20 de mayo de 2016)


8 comentarios:

  1. He perdido un rato en la web de Werner, y las fotos son maravillosas,
    Un saludo Charles

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    1. Más la de Werner que la de Strand, a mi también, aunque los dos son fabulosos. Será porque el primero hacía un trabajo etnografico allá donde iba, y eso se nota; mientras que el segundo... hay quien dice que eso de lo de la base de misiles era más cierto de lo que uno se pudiera imaginar:

      https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjpmdvt1crNAhWD0RQKHRuPBzUQFggfMAA&url=http%3A%2F%2Fwww.frasermacdonald.com%2Fwp-content%2Fuploads%2F2012%2F06%2FMacDonald-F-Hist-Photog-2004.pdf&usg=AFQjCNEhYzco5kTf0_tB6HAiof0Zvil9Nw&sig2=yXNw3e4sm6it5Pba858MXw&bvm=bv.125596728,d.d24

      Pena que el texto apareciera cuando había terminado de documentarme sobre este asunto, pues da para una de espías juas!

      Salud!

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  2. Es curioso como fotos que en su momento serían corrientes, adquieren carácter con el paso de los años.

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    1. Sin duda, la distancia que entre la mirada de los fotografiados y la nuestra pone el tiempo, les da un profundo carácter.

      Disculpe que había dejado sin responder a un comentario suyo en la entrada del candidato Acuña. No me había dado cuenta.

      Salud!

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    2. No nada que disculpar... pero sí hay otro comentario en el mismo sitio que me gustaría que vieras. Por cierto, no en lo de Acuña, sino en la entrada anterior a esta.

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    3. Me habré liado... paso a verlo. Gracias

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  3. Parece que el protagonista consiguió sacar lo mejor de ambos mundos, del que le vio nacer y del otro, más moderno y amable. Las fotos son testimonios no sólo de otra época sino de una manera muy diferente de vivir.

    Son una islas que me habría gustado visitar, pero la falta de tiempo impidió que pudiese llegar hasta ellas, lo mismo que me sucedió con las de Arán o la de Man, en este último caso por mal tiempo. Algún día me gustaría llegar a ellas y descubrir cómo es la vida allí.

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    1. Yo a las Hébridas no pude acercarme, con mucha pena también. Si que conozco Jersey, Man, Arán y alguna otra. Por cierto, que a esa última lo hice después de haberme visto poco antes la magnífica Man of Arán que tiene una fotografía que envidia poco a las de estos señores de los que hablo aquí arriba.

      De cualquier modo, creo que también en ellas se nota el paso del tiempo, la llegada de la civilización y esa homogeneización que han sufrido las vidas en esta parte del planeta...

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